EL DISIPADOR DEL SSD
El disipador del SSD (Solid State Drive) tipo NVMe es un elemento pasivo que se coloca en contacto directo con el cuerpo del SSD para facilitar su refrigeración.
Este elemento está construido con materiales que son muy buenos conductores del calor, como por ejemplo el aluminio. Gracias a esto, cuando el SSD se calienta el disipador también lo hace y luego es el sistema de refrigeración de la caja el que se encarga de enfriar el disipador. La forma de este componente está pensada para maximizar el enfriamiento del mismo cuando el aire circula a través de él.
Pero, ¿es realmente necesario el disipador?
Es lógico hacerse esta pregunta, ya que lo normal es que no lo tengamos instalado y no estemos teniendo ningún problema con la temperatura del SSD. Según algunos fabricantes, los disipadores reducen la temperatura de los SSD entre 7ºC y 30ºC.
Como esto me parece una horquilla excesivamente grande, he pensado que lo mejor es comprobar yo mismo la temperatura de mi SSD en reposo y en plena acción, con y sin disipador. Las cuatro combinaciones posibles son:
1. Temperatura del SSD en reposo
2. Temperatura del SSD en activo
3. Temperatura del SSD en reposo + disipador
4. Temperatura del SSD en activo + disipador
Mi unidad SSD es un SAMSUNG 970 EVO PLUS de 1 TB y el disipador un EKWB EK-M.2 NVMe, el cual incluye dos bandas térmicas de 0,5 y 1 mm de grosor y dos placas de aluminio, una estriada y otra plana:

Para ver cómo evoluciona la temperatura del SSD utilizaré el programa HWmonitor, el cual puedes descargar de forma gratuita a través del siguiente link:
Es un programa muy sencillo, ni siquiera requiere instalación. Antes de continuar, sólo quería recordar que cualquier equipo electrónico sufre menos desgaste y ofrece un mayor rendimiento cuanto menor sea su temperatura.
Es decir, si el procesador de un PC en reposo está a 35ºC (aceptable) y se mejora el sistema de ventilación de la torre bajando dicha temperatura a 30ºC (mejor), se alargará su vida útil y su rendimiento, aunque no se note ningún cambio mientras se usa el ordenador.

1. TEMPERATURA DEL SSD EN REPOSO SIN DISIPADOR
Para ver la temperatura a la que se encuentra el SSD en reposo simplemente hay que ejecutar el programa HWmonitor y localizar el desplegable correspondiente al SSD. En mi caso obtengo una temperatura de 45ºC, la cual es bastante elevada si la comparamos con la de la CPU (30ºC) o con la de la tarjeta gráfica (31ºC), que suelen ser las temperaturas más críticas del PC:

Esto es debido a que tanto la CPU como la tarjeta gráfica disponen de ventilación dedicada además de la que existe en la torre. En cambio, el SSD no tiene ningún ventilador que le permita bajar su temperatura de forma eficaz.
2. TEMPERATURA DEL SSD EN ACTIVO SIN DISIPADOR
Para ver la temperatura que alcanza el SSD sin disipador cuando le toca trabajar, utilizaremos el programa CystalDiskMark, el cual puedes descargar de forma gratuita del siguiente link:
Descargar gratis CrystalDiskMark
Este programa se utiliza para comprobar la velocidad real de lectura y escritura de cualquier disco duro o SSD, por lo que también se puede utilizar cuando lo que queremos es que la unidad trabaje. Si lo ejecutamos, obtenemos la siguiente ventana:

Ahora, sin quitar la vista de las temperaturas del SSD que nos ofrece el programa HWmonitor, pulsamos “All” en la ventana anterior. El programa empieza a hacer test de lectura y escritura de distintos tipos, lo que hace que la temperatura del SSD suba. Una vez terminadas todas las pruebas, en mi caso alcanza los 59ºC, como puede verse en la siguiente imagen:

Estas son las velocidades de lectura y escritura obtenidas por mi SSD:

3. TEMPERATURA DEL SSD EN REPOSO + DISIPADOR
Una vez conocemos las temperaturas del SSD sin disipador (en reposo y trabajando), voy a montar el disipador que he comprado. Como os comentaba al principio, se trata del EK-M.2 NVMe Heatsink (12€), cuyo despiece os muestro en la siguiente foto:

Dispone de dos láminas de aluminio y dos gomas térmicas, las cuales hay que colocar entre el SSD y las láminas. Una vez pegadas las gomas térmicas a las láminas, queda así:

Recortamos la goma sobrante que sobresale, quitamos el film que recubre la goma, ponemos el SSD entre las dos láminas, enganchamos las dos grapas y tenemos el disipador montado:

Hay que colocar las láminas superior e inferior en la dirección correcta (ver pestaña) si no luego no podremos atornillarlo correctamente a la placa:

Por fin, arrancamos el PC para ver la temperatura que alcanza el SSD en reposo:

Vemos que la temperatura ahora es de 36ºC, ¡¡9ºC menos que sin el disipador!!
Esto es una muy buena noticia, ya que se alargará la vida del SSD y nos dará un rendimiento superior.
4. TEMPERATURA DEL SSD EN ACTIVO + DISIPADOR
Para finalizar, veamos la temperatura que alcanza el SSD con el disipador instalado cuando lo hacemos trabajar. Para ello volveremos a ejecutar el programa CrystalDyskMark como en el apartado 2. Los resultados son los siguientes:

Vemos que la temperatura al terminar la prueba de velocidad del SSD es de 43ºC, ¡¡16ºC menos que sin el disipador!!
Conclusión: merece la pena instalar un disipador en el SSD ya que se alarga su vida útil y su rendimiento por muy poco dinero.
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